Thursday, September 23, 2010

El Reemplazo del "mono Jojoy".

Arriesgando pecar por cruel, tengo que decir que hay dos cosas que me dibujan instantáneamente una sonrisa en estas primeras horas post-muerte del "mono jojoy": la primera, saber que finalmente nos liberamos de este monstruo (sólo uno de los tantos que nuestra fértil tierra produce), y la segunda, saber que se pasó los úlitmos dos años de su vida huyendo y escondiéndose por la selva y que murió acorralado como la rata que era. Buen muerto. Ese es uno que con toda seguridad lo tienen ya montado en la paila mocha.

Pero también arriesgando pasar de aguafiestas, hay que decir que a rey muerto, rey puesto, y que el reemplazo del Mono Jojoy viene en camino. De esta no nos vamos a soltar tan fácil y nunca tanta dicha puede ser duradera.

Si abren bien los ojos, al reemplazante lo verán corriendo entre los carros en los semáforos pidiendo "una monedita". Lo encontrarán en el frío de la noche con una cobija andrajosa encima, en brazos de uno de los 3'000.000 de desplazados por la violencia en Colombia. O en la TV sentado en los hombros de su taita que lo proteje de las turbulentas aguas que invadieron su casa y acabaron con la cosecha que les iba a dar de comer por los proximos 12 meses. Los verán desde niñitos(as) caminando descalzos por nuestras veredas, analfabetas, barrigones, sucios, prematuramente envejecidos de trabajar de sol a sol y resentidos de presenciar como los "patrones" explotamos a sus padres. O si se pasan por una funeraria o un sevicio de urgencias un fin de semana, a lo mejor lo encuentran velando a su papá, recién ajusticiado por los paramilitares.

Saldrá de cualquier parte. Saldrá de los barrios periféricos de Cartagena, de la comuna 13 de Medellín, de los desconocidos y a veces peligrosos barrios del sur de Bogotá, del distrito de Aguablanca o de Siloé en Cali, del Solferino en Manizales, o de cualquiera de las olvidadas veredas y caseríos en Colombia donde no se sabe que es agua potable, servicio eléctrico, y donde ante la falta de educación buena es la guerrilla: no por ideología o resentimiento, sino por falta de alternativas para hacerse un billetico y tener asegurados el techo y la comida.

Señores, miren hacia las periferias de nuestras ciudades. Colombia es una bomba de tiempo. Estamos en medio de una guerra civil no declarada. Cada vez más los adinerados vivimos (nos refugiamos, en realidad) en completos conjuntos cerrados, rodeados de rejas, con servicio de video, vigilancia privada, perro pitbull con bozal, y equipados con salón comunal, gimnasio, parqueaderos cerrados y cubiertos, de modo que nos evitan la molestia (o mejor, nos apacigua el estrés) de tener que salir a un mundo donde por ser parte de una minoría privilegiada somos blanco perfecto por parte de las "hordas de desadaptados" (entre otras, será acaso que se les dan a estas "hordas" las herramientas para adaptarse en Colombia y en America Latina en general?).

Es posible que de verdad estemos ante la recta final de las FARC. Pero en nuestro patio trasero, al que nunca miramos, hay legiones de jóvenes formádose en la pobreza y el olvido. Eso "siempre ha sido asi", dirán algunos. La diferencia es que ahora en esta era de la información, estos jóvenes están expuestos a una avalancha de estímulos que los invita, como espejismo, a aspirar a un mundo de afluencia al que no tendrán acceso sencillamente porque no los estamos capacitando para ello. Los dejamos que vean nuestros juguetes, pero que no los toquen.

En 20 años tal vez ya no se llamen "las FARC". Pero a estas nuevas generaciones o las empezamos a educar y formar para ser productivas, o Colombia seguira siendo el caldo de cultivo que siempre ha sido para la aparición de guerrillas y grupos armados. EDUCACION es la única vacuna contra la violencia. Me alegra que hayan dado de baja a Jojoy. Pero Jojoy y Cano son tan sólo la cara actual (la imagen de turno) de un problema mucho más grande y siniestro.

Thursday, September 16, 2010

Fin de semana en Charles Town.

Tres fotos del paseo a Charleston, SC el fin de semana pasado.



La primera, una réplica del submarino H.L. Hunley frente al museo de Charleston. Este fue un submarino de la guerra civil americana, y fue el primer submarino en hundir un buque de guerra enemigo en el sitio al puerto de Charleston. A falta de torpedos, pueden ver el ariete que tenía el submarino al frente. En su interior iban entre 9 y 12 hombres sentados, y la propulsión era a punta de manivela.... los 12 soldados empezaban a "pedalear" con las manos para avanzar, cuando iban atacar aceleraban aun más, y estrellaban el ariete perforando el casco del buque (de madera para la época). Una vez penetraban el barco, empezaban "pedalear" pero ahora en sentido contrario (o sea, le metían la reversa) para soltarse del buque. El H.N. Hunley, en particular, hudió al "Housatonic' en 1864. Sinembargo nunca regresó de su misión. Finalmente fue encontrado en 1995, y adentro encontraron muy bien preservados los cuerpos de los 12 soldados, aún sentados tanquilamente en sus bancas. Aparentemente no murieron durante el ataque, sino posados en el fondo del mar esperando un cambio en la direccion de las corrientes submarinas. Como todo lo de los gringos, después de recuperado el submarino les hicieron un homenaje póstumo a los 12 soldados.



Segunda foto: al fondo se ve el portaviones USS Yorktown. Muy activo durante la segunda guerra mundial en la Guerra del Pacífico. Ahora gozando de un merecido retiro en la bahia de Charleston, y dedicado a ser atracción turística, al mismo estilo del USS Intrepid en NYC. Nótese mi camiseta de Don Ramón. Un éxito total.


Y una tercera foto con nuestros amigos los Aguirre. Buena comida, buen vino, buena compañia.

Saturday, September 4, 2010

De culos pa'l estanco.

Todos nos creemos especiales, de una u otra forma. No significa que nos creamos más especiales que los demás (algunos sí están convencidos de ello, claro está). Pero el instinto gregario nos impulsa hacer parte de diferentes grupos, e independientemente de que el acceso a esos grupos sea activo (uno busca acceder a elllos) o pasivo (uno sin darse cuenta resulta ahí metido) el sentido de pertenencia finalmente nos tiende a hacer sentir que ese grupo al que pertenecemos también es especial.

En particular, siempre he sentido que mi generación fue privilegiada. A nosotros nos tocó la vida vieja y la nueva. Nos tocó la vida sin celulares, computadores, redes sociales, e-mail y todas esas maravillas. Epocas en las que si uno llamaba a un amigo a su casa y no estaba, uno le dejaba la razón y se asumía que no recibiría el recado hasta unas cuantas horas mas tarde. O si a uno le gustaba una canción, no bastaba prender un ipod, sino que tenía que hacerle rewind a todo el bendito casstette para poderla oír (con cierto grado de susto porque daba uno con grabadoras viejas que enredaban la cinta). Tuvimos la fortuna de conocer el antes y el después del boom tecnológico. Hemos sido testigos y actores de lo que era la vida antes y lo que es ahora. Esa es mi generación.

Me siento bien como parte de ella. Pero que pasa cuando los de la generación de uno no son como uno? Que pasa cuando uno se empieza a dar cuenta que la gente con la que uno creía comprartir principios de vida, valores, crianza y educación, que compartieron con uno ciudad, salones de clase, colegios, profesores, sitios de rumba, despertar sexual, novias, aficiones y tantas otras cosas más, no son como uno. Que sucede cuando uno ve que gente que por años me ha saludado por el nombre en cualquier esquina de Manizales empieza a aparecer en los medios de comunicación, acusada de hacer parte de "los otros": del grupo de los pícaros, los deshonestos, los tamposos, los abusivos y marrulleros?

Ultimamente la avalancha de rumores en Manizales sobre chanchullos, desfalcos y administraciones cuestionadas es abrumadora; en el gobierno municipal, en las diferentes regiones de Caldas, e incluso en una institución tan amada como lo es el Once Caldas. Y con tristeza veo a amigos, conocidos, ex-compañeros de trabajo y ex-jefes defendiéndose como gato patas arriba tratando de desvirtuar acusaciones, apuntando dedos los unos a los otros y tratando de sacarse en limpio.

Yo no sé quién es culpable y quién no lo es. No sé quién esta siendo usado como chivo expiatorio y quienes son los tramposos. Sólo sé que esto se suponía iba a ser distinto. Siempre pensé, ingenuamente, que mi generación iba a ser diferente; la que habia entendido y aprendido de los errores de las anteriores, y que por ello mismo iba a ser mejor. Y que iba a brillar ante todo por su decencia. En mi cabeza, éramos una generación privilegiada de Manizalitas y éramos especiales.

A estas alturas hay muchas preguntas, pero remato con esta: la próxima vez que vaya a Manizales, que hace uno cuando alguno de estos personajes se me acerque en la calle o en el tendido 6 de la plaza de toros, y tenga la desfachatez de acercarse y preguntarme "Que hubo Andrés, como estás?"...