Thursday, March 21, 2013

Las Sillas son lo de Menos.


A diferencia de muchos que se alegran cuando alguien es hallado culpable por un delito cometido y es condenado a pagar el correspondiente castigo, a mi me cuesta mucho trabajo disfrutar la tragedia ajena. Entiendo y estoy de acuerdo con que se debe impartir justicia, y soy de los que creen que el que la hace debe enfrentar las consecuencias de sus actos. Pero de ahí a que yo pueda sentir auténtica alegría por ello, no. No estoy hecho de ese material.

Hoy es un día que debe ser de tristeza y reflexión para los todos los Manizaleños.  El ex-alcalde Juan Manuel Llano ha sido cubierto con medida de aseguramiento, y la de ayer fue la última noche (creemos y esperamos que en un buen rato) que durmió como hombre libre. La acusación es por una serie de irregularidades que llevaron a que se hiciera un negocio chueco con la silletería que se le puso al estadio Palo Grande, que resultó siendo mucho más costosa para nosotros que para otros escenarios deportivos, como es por ejemplo para el estadio de Armenia.

Lo triste del asunto es que cuando uno diga Juan Manuel Llano, uno no va a pensar en las sillas como el símbolo de su desastrosa gestión. Uno se va a acordar de los cuarenta y dos muertos del barrio Cervantes. Uno se va a acordar de las semanas y semanas de Manizaleños sin agua en sus casas, de ciudadanos recogiendo aguas ricas en Cadaverina que filtraban de las tierras del cementerio para consumir en sus hogares. Uno se acordará de la plata que se mandó para Perú cuando se necesitaba priorizar el arreglo del acueducto de Manizales, y que dejó a la ciudad vulnerable a una predecible catástrofe.

En cierta forma a Juan Manuel Llano le pasa la misma que Al Capone. Lo condenan por una nimiedad, cuando uno piensa en todas las otras embarradas, de mayor factura, que tal vez nunca serán llevadas a juicio.

De nuevo repito, es un día triste. Porque cada "líder" que cae, cada funcionario que es encarcelado, es una oportunidad más perdida de progreso para todos. Y porque particularmente en Manizales  esto se está volviendo cada vez mas frecuente.

Tenemos una ciudad excluyente, donde el talento local tiene que emigrar porque los 4 o 5 apellidos que gobiernan la ciudad y que quitan y ponen, no dejan jugar al negro. Y para peor, las azucenas (o mejor, azucenos) con las décadas se han ido pudriendo.

Hay mucho más por qué llorar que por unas simples sillas.



Tuesday, March 5, 2013

Y se murió el buen Hugo Rafael.

Hace 4 horas, aproximadamente, murió Hugo Chávez Frías. Al menos esa es la versión oficial. Si en verdad es así el tipo duró como 2 meses más de lo que yo le había calculado. Yo había dicho que no llegaba al 2013, pero es que hasta para morirse fue cabeciduro.

Obviamente, ya salieron los viudos (y viudas) a hablar de él como "gran revolucionario" y Piedad Córdoba a hablar de las "revoluciones pacíficas" que Chávez comandó. No nos digamos mentiras.  Ni revolucionario, ni demócrata, ni pacífico. 

Tratando de respetar al difunto, las cosas hay que decirlas. Chávez era un bruto. Astuto, pero bruto.  Un bruto astuto. No se puede, de otra forma, catalogar a alguien que en 14 años acabó con Venezuela. Tuve la oportunidad de ir a Venezuela en 1992, y era mucho lo que teníamos que envidiarle en ese entonces a los vecinos. Hoy, Chávez deja una Venezuela empobrecida, con las tasas de violencia mas altas del continente y entre las más altas del mundo; una nación políticamente arrodillada a los hermanos Castro y con un vacío de poder consecuencia de su irresponsabilidad al hacerse elegir a sabiendas que se iba a morir. Le mintió de frente al país entero. Regaló a la Argentina, Bolivia, Cuba y Nicaragua las riquezas producto de la billetera petrolera, mientras en su país las infraestructuras eléctrica y vial se fueron de culos. Deja a Venezuela peor de lo que la encontró. Mas que una "revolución", esto fué una "involución". 

Ademas de ser un bruto, era un matón. Un Thug, como dicen acá en el norte. Para empezar, golpista. Encarceló a cuanto político opositor apareció en el panorama. Sus ex-compañeros ideológicos y de campaña que lo fueron desenmascarando (y denunciando), también fueron encontrando cupo en las cárceles Venezolanas. Calló a la prensa opositora. Movió tropas a la frontera con Colombia. Amenazó con mandarnos sus "Sukoi" a bombardear Bogotá. Le hizo homenaje fúnebre a Raúl Reyes. Le dió millones de dólares y refugio a las FARC en su territorio. Miles de muertos hubo, a ambos lados de las fronteras, por culpa de su delirante "revolución bolivariana". Así que no me salgan con que era "pacifista".

No hay pesares con su partida. Lo único: incertidumbres y expectativas, aunque por lo visto hoy, las esperanzas son pocas. A bruto muerto, bruto puesto. Ya hoy Nicolás Maduro, al mismo estilo de "el imperio desató el terremoto en Haití" salió con un "el imperio le inoculó el cáncer al comandante". Acaba de inventarse la revolucionara (esa si) teoría del "rabdomyosarcoma inoculable". Si de ese intelecto depende la recuperación económica de Venezuela, están como decimos en mi tierra "cagados y con el agua lejos". Dios proveerá, pero parece que para sorpresa de todos, las cosas allá si pueden empeorar. 

Mientras tanto, en las primeras horas sin Chávez, quedan dos cosas claras. La primera es que si hay muertos malos. Y la segunda, que los Cubanos podrán seguir presumiendo de la calidad de sus ciencias médicas, pero no de la de su veterinaria.