Wednesday, November 27, 2013

#UnBuenManizaleño

Todos recordamos esos e-mails en cadena llenos de nostalgia y amor propio colectivo, en los que se enumeran cientos de cosas buenas acerca del sitio de donde somos: la gente, las comidas, las estructuras arquitectónicas, las bellezas naturales, los reconocimientos, las mujeres hermosas, los buenos modales... en fin. Todos los hemos visto, leído, y nos han llegado en diferentes versiones, según la ciudad de turno.

Esas cosas también pasan en twitter, donde no se desacostumbra hacer mofa precisamente de los correos en cadena y las cursilerías, y donde los usuarios se sienten de estrato 6 mientras el "facebookero" es de estrato 3 y el de Hi 5 es de estrato 0.5.  Pues aún en Twitter, como digo, a veces les da por coger y armar un "hashtag" que no es mas que una frase precedida por un signo de numeral (#) y al todos poner eso en su mensajecito de 140 caracteres están participando del mismo tema.

Pues el hashtag de las últimas 24 horas ha sido el de los Manizaleños. Lo encuentran por #UnBuenManizlaeño y acto seguido la lista se hace interminable: que un buen Manizaleño no le teme a un volcán con fumarola, que comió albóndigas y caldo de oreja de elefante a las 5 de la mañana en cualquier bar de media petaca en en centro de la ciudad, que un buen Manizaleño sube faldas para sacar pata y culo, que come pan de bono en "La Ricura", en fin.

Yo también pudiese haber salido con unas cuantas cosas así bien superficiales. Podríamos hablar de las empanadas de la teja, de las cervecitas en San Carlos, de las niñas de la Universidad Autónoma y la Católica.

Pero entonces me pregunté: que hace en realidad a un buen Manizaleño?

Y mi siguiente pregunta fue: que se hicieron los buenos Manizaleños? Que quedó de esa ciudad pujante, altiva, de vanguardia, a la que el país entero admiraba por ser cuna de grandes pensadores, poetas, filósofos, magistrados, artistas, maestros y gobernantes?

En que momento llegamos a sentirnos orgullosos solo de las cosas de forma, pero tan indiferentes ante las cosas de fondo?

Se puede decir que se es #UnBuenManizaleño cuando todos hemos comido callados ante lo que se ha convertido nuestra ciudad? Una ciudad donde para progresar hay que tener "padrino político" y que por ello ve a sus mas talentosos hijos emigrar a otras ciudades donde de inmediato sacan ventaja de sus superiores conocimientos?

O acaso ser #UnBuenManizaleño es recordar la fecha del 01 de Julio del 2004 con orgullo, pero taparse los ojos con lo que ha sido el continuo despilfarro y saqueo del Once Caldas que alguna vez se perfilaba como un equipo destinado a ser grande y ahora le mendiga a la DIAN para poder sobrevivir?

Acaso #UnBuenManizaleño sigue votando por las mismas familias políticas de siempre, las que se han robado el departamento n-mil veces, las que a base de nepotismo, tráfico de influencias, amiguismos y ambición nos han impuesto hampón tras hampón, inepto tras inepto, pícaro tras pícaro que nos han convertido en modelo de nido de ratas para el país, donde alcaldes hacen negocios chimbos, dejan a la ciudad sin agua, donde gobernadores son destituídos uno tras otro, y donde seguimos como si acá no hubiese pasado nada?

En Manizales no nos molesta saber que la facultad de Medicina de la U de Caldas pasó de ser modelo nacional a ser una del montón.  En Manizales la calidad de la educación pasó de ser de las de mostrar, a las del montón. En Manizales dejamos que el Caldas pasara de Campeón de América a equipo del montón. En Manizales los mismos 5 o 6 apellidos de hace 50 años siguen decidiendo que es bueno y que no para la ciudad y nosotros cumplimos con bajarles la cabeza a veces tan solo por aparentar que "tenemos buenas palancas".

En Manizales ayudamos a meterle el gol al país con ese elefante blanco llamado Aeropalestina, y en vez de avergonzarnos nos indignamos con el gobierno cuando hay dudas de que nos vayan a seguir dando dinero para despilfarrar.

Y mientras aterradamente veía como seguían mis paisanos sacando pecho por las discotecas de los ochenta, por los carritos de perros calientes que ya no existen y por el veraneadero con la misma carretera única de acceso abandonada por los úlitmos 30 años, me quedé esperando a que alguien dijera cosas como:

-  "A #UnBuenManizaleño le sabe a mierda el numero 48" que es la cantidad de Manizaleños que murieron por el derrumbe en el barrio Cervantes hace dos años.

- "#UnBuenManizaleño no olvida el 5 de Noviembre del 2012" cuando sucedió el dichoso derrumbe, y que "#UnBuenManizaleño sigue pidiendo que los culpables sean enjuiciados y castigados".

-  O quizá que "#UnBuenManizaleño no olvida que por ineptitud de nuestro anterior alcalde la ciudad tuvo que tomar aguas ricas en cadaverina".

- O que #UnBuenManizaleño es consciente que aunque presumimos de ser ciudad culta, en realidad somos tan solo una ciudad de buenos modales.

En fin.

Llegará el día en que podamos sacar pecho otra vez, no por las cosas que tiene la ciudad, sino precisamente por los Manizaleños?

Ojalá.

Wednesday, November 13, 2013

Putidisfraces: A que Jugamos?


A que juega una niña de 20 años que llega a una noche de fiesta con un disfraz de escote y minifalda de esos que le eleva la testosterona a los hombres y les alimenta las más exóticas fantasías sexuales? Precisamente a eso: a hacer rodar chorros de testosterona.

O dicho de otra forma: el juego es a comer y a ser comida (imaginaria o literalmente, según la protagonista). O mejor digamos que el plan es potencialmente levantar pareja, o como mínimo hacerse notar, en caso de que la expresión anterior hiera suceptibilidades.

Consciente o inconscientemente, tanto hombres como mujeres estamos todo el tiempo tomando decisiones que en el fondo tienen una motivación de tipo sexuada. Elegimos opciones que esperamos nos hagan agradables a las exigencias de potenciales parejas. Como nos paramos. Como nos expresamos. Selección de la vestimenta del día. El tipo de corte que le pedimos al peluquero que nos haga. El tipo de carro que compramos. Si se usa maquillaje o no. La cirugía plástica. El Botox. Sixpack? Que me pongo para ir al gimnasio. Taparse las canas. El tratamiento para el acné. El perfume. El disfraz.

Esa es la respuesta a la pregunta que lanzaba hoy Andrés Jaramillo cuando era interrogado por un supuesto episodio de agresión sexual a una estudiante universitaria en el parqueadero de su restaurante Andrés Carne de Res. Los tales "putidisfraces" tan de moda hoy en día (la enfermera sexy, la policía sexy, la monja sexy, la super heroína sexy) son medios de los que se valen las niñas de esta generación para llamar la atención en las noches de halloween. Decir que se los ponen sólo porque se quieren disfrazar de cualquier cosa sería hipócrita. Se los ponen porque saben que van a llamar la atención, porque van a poder mostrar lo buenas que están y porque les van a estar diciendo toda la noche que están lindísimas y que están causando estragos entre la concurrencia masculina.

Ahora, seamos francos. Nada de lo anterior tiene absolutamente nada de malo. Las mujeres en su mayoría no niegan la naturaleza sexuada y provocadora del putidisfraz. Ellas saben a lo que van. No son ellas las hipócritas del paseo.

El problema no son ellas. Somos nosotros.

El problema somos los que no entendemos que un disfraz no es una invitación incondicional a tener una relación sexual con el primero que se atraviese.  Que creemos que ante el disfraz provocador, ya no hay que tomase el trabajo de cortejar y hacerse agradable a la disfrazada. El problema somos los que creemos que una pierna destapada, un escote atractivo, es una disculpa para tocar, acosar, incomodar y agredir. El problema somos los que seguimos, torpemente, echándole la culpa a la mujer cuando es violada diciendo que es que lo provocan a uno.  Ahí las hipócritas no son ellas, somos nosotros.

A que juega una niña de 20 años con un putidisfraz? Juega a llamar la atención.

No a que la violen.