Wednesday, May 25, 2011

Otra historia.

Ayer me llegó otro paciente a consulta. Este es un buen tipo. Tengo muchos pacientes que uno dice que son "buena gente" pero este en particular es todo un "gentleman". Es un tipo de unos 64 años, al cual hace 3 le estoy cuidando su arthritis reumatoidea, con los altibajos propios de una enfermedad crónica. Y aún en sus momentos de mayor incomodidad, mantiene su compostura.

Siempre viene con la esposa, que parece 10 años mayor que él. A diferencia suya, ella parece que viniera con la única misión de jorobarme la paciencia. Tiene una mezcla mortífera que saca de quicio a cualquier médico, que es esa combinación de ser locuaz, ansiosa y sobreprotecora de su marido. Producto de ello, una consulta de 20 minutos puede perfectamente convertirse en una pesadilla de 45.

No permite que su esposo conteste mis preguntas. Ella se adelanta. No solo eso sino que cuando me descuido, es ella quién está interrogándolo. Y si me descuido más aún, me termina interrogando a mi también. Si él dice que ha tenido un dolor leve, ella interrumpe y dice que no, que es un dolor horrendo. Y para rematar me pide que si le examino sus manos (las de ella) porque tiene osteoarthritis. Me provoca estriparla. Yo volteo a mirar al tipo y el solo atina a elevar los hombros resignadamente como diciéndome "que hacemos pues".

Que vieja tan cansona, no sé el tipo como se la aguanta - he pensado muchas veces.

Ayer antes de entrar a ver al paciente, Elaine -mi enfermera- se me acercó a informarme que ya estaban en el consultorio. Me llamó mucho la atención cuando me dijo que hacía mucho tiempo no veía a una mujer tan enamorada de su marido.

Cual enamorada - le dije yo; no ve como lo tortura cada que viene?

- No, me corrigió. Mientras el paciente entró al baño, que fue más o menos por unos 10 minutos, no hizo sino hablarme maravillas de su marido, me dijo. De como celebran sus aniversarios, las fechas especiales, como mantiene pendiente de ella y como constantemente esta cuidándola. De los regalos que le dió en el pasado día de la madre y su cumpleaños. La devoción de esta mujer por su marido yo no la veo hace muchisimo tiempo- me recalcó.

Entré y la consulta transcurrió como siempre: el encogiendo los hombros, ella hablando hasta los codos y yo pensando en empezar a tomar goticas de valeriana. Una vez terminados me regresé a mi computador a documentar en la historia clínica el encuentro médico, y al encontrarme con la lista de diagnósticos me encontré con una nota que decía:

"Disfunción eréctil".

1 comment:

  1. ¿Lo que para unas sería causal de divorcio para ella es garantía de fidelidad? ¡Qué vida tan triste! Esta bueno tu blog, te leeré.

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