El Canibalismo como práctica en lo que hoy dia es territorio Colombiano data de épocas precolombinas. A medida que las tropas del célebre Gonzalo Jiménez de Quesada se aventuraban en las tierras de lo que hoy es Cundinamarica y Tolima (territorio Panche y Pijao para la época), se fueron encontrando con tribus de gran capacidad guerrera y que para su horror tenían como costumbre hacer del enemigo caído en combate parte del desayuno del día siguiente (no creo que se arriesgaran nuestros antepasados a comer pernil de español esa misma noche: con lo pesados que son, seguramente el Colon Irritable no los hubiese dejado dormir).
El inevitable colapso de nuestras culturas, y su impuesta mezcla con las nuevas razas traídas a nuestro continente (no nos digamos mentiras, acá todos somos descendientes de india con jesuíta - aún los del partido NAZICH de algunas entradas atrás en este mismo blog-) hicieron que la costumbre aquella de comernos al congénere por vía oral se perdiera casi que para siempre. Aún con algunos estudios científicos sugiriendo que el tipo de carne que mejor se acomodaría a nuestras funciones digestivas sería precisamente la humana, hoy en día el solo hecho de engullirse a un congénere es considerado bárbaro (afortunadamente, además... la pedorrera despues de comerse una frijolada con un chicharrón que venga de un especímen tipo Angelino Garzón debe ser para pagar escondedero).
Así y todo seguimos siendo canibales. La única diferencia, es que probablemente al contrario de nuestros antepasados, de hoy en día al prójimo lo sazonamos y condimentamos antes de comérnoslo. Acá primero lo endiosamos, le decimos cosas bonitas, decimos que es ejemplo y orgullo para todos los Colombianos, para luego hacerlo parte del menú del día cuando vemos que no cumple con todos nuestros caprichos o expectativas.
Así a vuelo de pájaro citemos algunos ejemplos: Shakira pasó de ser orgullo de Barranquilla y Colombia con una versátil voz, culo de ensueño y talento de exportación a ser una mona desteñida que sólo hace plata a punta de ñarrear como gata y sacudir ese mismo culo y que “vean como sí va a la inauguración del mundial en Suráfrica pero no al que se hizo en Barranquilla”.
O que tal Gabriel García Márquez que pasó de dejar el nombre de Colombia en alto con su exquisito realismo mágico, a ser un “HP mamerto” que “le besa el culo a Fidel Castro” y al que la senilidad le atrofió la neurona con la que escribía.
Andrés López era chistosísimo, ahora es chimbísimo. Juanes si mostraba orgullo de ser Colombiano, ahora es solo una muestra de nacionalismo ramplón. John Leguízamo era talento actoral Colombiano, ahora le dicen “vendepatrias, pueltoliqueño wannabe”. Maturana era el putas, ahora es un ladrón adicto al hipódromo. Patarroyo era un genio, ahora nadie le cree cuando hace anuncios de nuevas vacunas porque la anterior fue “un fracaso”. Asprilla tenía una gambeta endiablada, ahora lo unico de valor que le queda es supuestamente una verga inemnsa con la que fácilmente se hace zancadilla a si mismo. Montoya es un buñuelo. Celedón ya no es buenísimo, sino ñerísimo. Y es el mismo camino que le espera a Sofía Vergara el dia que pase vacaciones en Mónaco en vez de Barranquilla, a Falcao García el día que no haga más goles y a Esperanza Gómez, nuestro orgullo porno que cuando envejezca pasará a ser una ex-putita del montón que ni para "La Piscina" hubiese dado la talla.
Así somos. Nos encanta comer compatriota. Y que hacemos pues si es lo que da la tierrita.
Que realidad, pero asi es PARA TODO hasta en los amores sucede, en las amistades...pero esa es la sazon de la vida. :) -JK
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