Saturday, November 12, 2011

CARTA ABIERTA JUAN MANUEL LLANO, ALCALDE DE MANIZALES

CARTA ABIERTA JUAN MANUEL LLANO, ALCALDE DE MANIZALES


Respetado Señor.


No hago descubrimiento alguno cuando afirmo que las últimas 3-4 semanas han sido tal vez uno de los momentos mas oscuros de nuestra ciudad.

No es ésta una afirmación fácil de hacer, y probablemente algunos la discutirían. Somos una ciudad que ha sido víctima de las vicisitudes propias de nuestra situación geográfica y de la mala fortuna a lo largo de nuestra historia: tres devastadores incendios entre 1922 y 1926, los terremotos de 1962 y 1979, aludes de tierra que se han llevado barrios enteros, la emergencia del volcán del Ruiz en 1985 donde la ciudad se vió impactada.

Aún asi, este último mes ha sido particularmente mísero. Luego de 17 días en los que los Manizaleños pacientemente nos bañamos a medias, madrugamos o trasnochamos buscando agua, nos expusimos a contraer cuanto parásito y diarrea infecciosa posible, y gastamos zuela y paciencia esperando los carrotanques y cargando baldes, la cereza del postre fue un alúd de tierra en el barrio Cervantes que nos arrebató a 48 Manizaleños.

Situación estresante, sin duda. Para nosotros y para usted. No es fácil estar en su posición. Todos los dedos apuntan hacia usted. Los medios locales, regionales y nacionales no dudan en cuestionar su gestión. La Procuraduría abre investigación. 15.000 personas marchan pidiendo explicaciones y su dimisión. Se ha convertido usted en una persona impopular en poco tiempo. En un pobre diablo.

Y es obvio que toda esta presión está haciendo mella. Es apenas natural. No se ve usted cómodo. Se le ve ansioso. Ya responde usted agresivamente en las entrevistas. Con cinismo. Se le ve a la defensiva. Su esposa tiene que salir a defenderlo en las redes sociales. Estoy seguro que no está durmiendo. Está comiendo bien? Tiene apetito? También se le notan unos kilos menos. Se le ve deteriorado.

No vale la pena, francamente. Es hora de voltear la página. Es hora de que usted salga de esta vida miserable, y por derechas nos saque a los Manizaleños de la miseria.

Renuncie. No lo queremos más al frente de nuestra ciudad. Sus fracasos, su deshonestidad, su marrullería, su ineptitud, su petulancia, sus mentiras y torcidos la han hecho invivible y blanco de burlas a nivel nacional e internacional.

Déjenos reconstruirla y regresarla al sitial que merece. Váyase.


Friday, November 4, 2011

No es la fiebre, es el SIDA.

Desde mi niñez siempre me llamó la atención el nombre que le tenían a la planta de agua potable en Manizales: “Gallinazo”. Para mi el gallinazo (conocido en otras regiones de Colombia como el “chulo”) siempre fué un animal sucio. Un animal carroñero, que se alimentaba de los restos de otros seres muertos. Y yo me imaginaba eso como una cantidad de piscinas con infinidad de chulos planeando encima de ella.
Los 15 dias de emergencia en Manizales han dejado imágenes dolorosas; ancianos rompiéndose la espalda cargando pesados baldes de agua (a veces solo medio balde de agua, las fuerzas no dan para más), padres de familia llegando del trabajo en las horas de la noche para salir a buscar agua en los inumerables nacimientos que hay en la ciudad. Ciudadanos esperando en filas largas por horas a que aparezcan los carrotanques para poder cocinar, bañarse, utlizar los sanitarios. Políticos utilizando el agua potable como carnada para atrapar votantes.
Pero el peor problema de todos es la indolencia. Acá el problema no es que se haya venido un derrumbe sobre la planta purificadora de agua, o que los gobernantes de los ulitmos 30 años no hubiesen planeado en caso de que la emergencia de 1981 se repitiera. O que el alcalde y secuaces hubiesen utilizado los fondos para invertir en una empresa de agua en Perú en vez de apurar el arreglo de la planta de Niza. Acá el problema es que a nadie le importa.
Ni a nuestros dirigentes locales. Ni a los entes del estado (también siempre me ha llamado la atención que les digan “entes”, pero con los años he encontrado que el término los describe a la prefección) y a los medios nacionales e irónicamente, ni a los mismos ciudadanos.
No es la fiebre. Es el SIDA.
Es el SIDA de la indolencia; es la indolencia de todos lo que permite que el alcalde de Manizales diga que “agua si está llegando, sólo que en diferente forma”. O que el presidente de Aguas de Manizales ayer ante el consejo municipal diga de manera cínica que “es que el mundo no se acaba en Chinchiná”. O que la respuesta de la autordad compentente sea “no importa porque igual la cadaverina no es tóxica” cuando se le preguntó su opinión acerca de ciudadanos teniendo que recoger aguas que filtraban de los terrenos del cementerio y que son obviamente ricos en sustancias provenientes de cuerpos humanos en descomposición.
El mensaje: "tranquilos que lo que no mata, engorda”.
No sólo el gobierno Municipal puso a la ciudad de papaya para que el invierno la pusiera en emergencia, sino que además fué inepto en el manejo de la misma. Le mintieron a la ciudadanía repetidamente. A la secretaría de salud no se le ocurrió educar a la población en las medidas sanitarias para evitar epidemias. La instrucción fué escueta: “hiervan el agua”. No se tomó el trabajo de enseñarle a la población cómo se hierve el agua. No hubo campañas de lavado exahustivo y frecuente de manos.
Y desde luego, los ciudadanos hemos sido tal vez los mas culpables de todos. Por tener baja autoestima, por aceptar como si fuera natural que los políticos abusen de nosotros y nuestros dineros públicos, por alcahuetear las roscas, por bajarnos los pantalones a cambio de unas tejas, unas bolsas de agua, un sancocho, o un puestico que nos va a dar el alcalde elegido. Por votar con las patas.
No es la fiebre. Es el SIDA.
Al final tenemos lo que nos merecemos. Por eso tenemos dirigentes ineptos, deshonestos, a toda hora dando vueltas alrededor de todos los activos de la ciudad como carroñeros, viendo de donde sacan la tajada, en donde hacen el torcido, a que entidad desangran.
Como gallinazos.