La serie de eventos de las ultimas 2 semanas: la ambiciosa demanda de Ingrid Betancourt, los 200 años del grito de independencia, las revelaciones de la mega fosa comun en la Macarena, las travesuras del DAS, vuelve a poner sobre el tapete la tan cacareada pero enigmática pregunta de hasta donde somos capaces de llegar los Colombianos para lograr nuestros objetivos.
Claro, hay por ahí frases bien clichesudas: "lo mas bonito de Colombia es su gente". Somos "trabajadores, honestos y echados pa'delante". Y aunque todo esto es parcialmente cierto, ante la magnitud de las barbaridades que ocurren en Colombia, y la absurda indiferencia ante ellas, la pregunta mencionada se mantiene vigente.
Teorías para explicar el porque somos tan así hay por montones. Desde las tan simplistas como que la pobreza y la desigualdad social nos lleva a ser violentos y mojigatos, como hasta teorías tan complejas como la que le escuché a un Psiquiatra de la Javeriana hace ya mas de 15 años donde decia que los Colombianos, en un procentaje relativamente alto, sufrimos de lo que se llama un transtorno de pesonalidad pasivo-agresivo. (Esto es, que mediante comportamientos como el resentimiento, la terquedad, la desidia o el fracaso intencionado, oponemos obstrucción o resistencia pasiva a instrucciones autoritarias en situaciones interpersonales o laborales). Traducción: agredir pasivamente en las actividades de nuestra vida diaria.
Independientemente de cual teoria nos suene mas, la verdad es que históricamente siempre fuimos unas caspas. Incluso nuestros héroes de la independencia (a propósito de los 200 años) no fueron exactamente unas peritas en dulce. La conspiración del florero de Llorente, que había sido cuidadosamente planeada antes de que sucedieran lo hechos, muestran que desde el mismo origen de nuestra patria nos valíamos de triquiñuelas (el celebre "todo vale"). O que decir de el famoso "decreto de guerra a muerte" de Simón Bolívar, una medida tan arbitraria y racista que llenó de cadáveres Españoles (y no precisamente militares Españoles) a la Nueva Granada, y en particular a Cartagena en los meses previos a retoma por parte de Pablo Morillo.
Hoy en dia, cuando estamos hablando de una fosa comun con mas de 2000 cuerpos en ella, donde existen testimonios de campesinos de la zona denunciando que helicópteros del ejército traían cuerpos y los enterraban en la Macarena, la pesadilla de los falsos positivos vuelve a atormetarnos. La sola idea que el ejército en vez de proteger a los Colombianos, los asesine para poder obtener a cambio dinero, vacaciones, ascensos y reconocimientos, no puede más que producirnos escalofrío y verguenza.
PD. Para los que no sepan sobre el decreto de guerra a muerte de Bolívar (que a mi por lo menos no me lo enseñaron en el colegio), digamos que era el equivalente a un "régimen del terror" pero a la criolla. Acá dejo el aparte de lo que decía Bolívar: «Españoles y Canarios, contad con la muerte, aun siendo indiferentes, si no obráis activamente en obsequio de la libertad de América. Americanos, contad con la vida, aun cuando seáis culpables.»
Bolivar mas adelante, en un carta dirigida al Congreso de Nueva Granada, relataba que había atravesado nueve ciudades y pueblos, "donde todos los europeos y canarios casi sin excepción fueron fusilados".
Que Joyita !!!
Me alegra sobremanera conocer esta faceta tuya tan interesante; definitivamente mis respetos por este escritor, que siempre he valorado como persona y amigo y de quien ignoraba tanto talento literario...!
ReplyDeleteEso confirma mi teorìa, de donde vamos a ser distintos, si asi hemos sido siempre? Y mi pregunta querido Andres, Como hacemos para cambiar el destino eminente de nuestra sociedad? Ummmmmm...
ReplyDeletepor fin!
ReplyDeleteEsto solo se cambia de una forma. Educando al pueblo. No hay nada mas peligroso que un ignorante.
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