Poco a poco están cayendo. El cercano círculo del ex-presidente Uribe empieza a verse envuelto en una cantidad de situaciones jurídicas producto de cuestionables eventos que se presentaron en los últimos 8 años. Uno a uno, han ido siendo llamados a a rendir cuentas: el secretario privado por las chuzadas del DAS, Sabas Pretelt por Yidis-politica, ahora Andrés Felipe Arias (el célebre "pincher") por Agro Ingreso Seguro. Jose Obdulio Gaviria y el ex-vicepresidente Franciso Santos imputados con cargos por calumnia. Mario Uribe, el ex-senador y primo cercano del presidente, preso por parapolítico y aparentemente untado hasta el cogote. Eso sin contar las cantidades de ex-congresistas ya condenados por parapolítica (en su mayoría también Uribistas).
Ahora el mismo presidente Uribe tendrá que defender ante el congreso de la república las actuaciones del DAS durante su gobierno. Ya dijo que nunca le ordenó al DAS hacer nada ilegal, y dira que si las chuzadas sucedieron, fue "a sus espaldas". El problema es que ya muy poquitos le creen. Que el secretario privado (y aparentemente Jose Obdulio Gaviria también) estuviese ordenando seguir a magistrados, congresistas, periodistas y civiles sin que el presidente lo supiera, indica o un presidente totalmente desentendido (lo cual contrasta con el "trabajar, trabajar y trabajar" y el micro-manejo del gobierno Uribe) o un presidente totalmente inepto, que reuniéndose dos veces al día con su secretario privado, nunca se imaginó nada.
Algunos se niegan aún a creerlo. Y no se me hace raro. A los Colombianos nos gusta que nos digan mentiras. Somos débiles ante quien nos adula, y somos implacables con quien nos dice la verdad que no queremos aceptar. Durante 25 años nos dijeron que en el Palacio de Justicia ocurrieron irregularidades por parte de la fuerza publica, y que habían civiles desaparecidos y torturados. Adoloridos decidimos mirar para el otro lado y tomar el camino fácil, que era descargar la rabia contra el M-19 (que sin duda alguna sí son los principales responsables, pero esto no salva la responsabilidad de la fuerza pública). Hoy, Plazas Vega, Arias Cabrales y Samudio Molina están contra las cuerdas, y ya está comprobado que efectivamente civiles que salieron sanos y salvos del Palacio fueron llevados a la escuela de caballería y allí torturados muchos, asesinados algunos.
Igual sucedió en 1994 cuando Joe Toft, entonces cabeza visible de la oficina de la DEA en Colombia, utilizó por primera vez el término" narcodemocracia" para describir la infiltración de la mafia con sus dineros calientes en los círculos del poder en Colombia. La reacción de indignación fue generalizada, empezando por el mismo Gabriel García Márquez, pasando por todos los medios de comunicación nacionales, todos los políticos; nos declaramos heridos y se declaró persona no grata a Joe Toft: y todo para que 2 años mas adelante el presidente Samper fuera elegido con plata del cartel de Cali y apareciera el celebre proceso 8.000. Cínicamente, cuando ya a Samper le habían quitado la visa gringa, su mejor disculpa fué "el problema es que mientras en Colombia vivimos en tecnicolor, en los Estados Unidos nos juzgan en blanco y negro".
Para nada disfruto lo que pasa con Uribe y su séquito. Pero dejemos ya de decirnos mentiras. Me reconozco Uribista moderado, pero me parece una desgracia que el presidente que algunos tildan "el mejor de la historia" (ojo, que sea lo mejorcito que hayamos tenido no significa que haya sido un buen presidente) se haya valido de métodos ilegales para lograr sus objetivos.
Lo que dije alguna vez efectivamente parece ser cierto. El afán del ex-presidente Uribe en buscar una nueva reelección parecía estar más motivada en tapar las cochinaditas que podían salir a flote, que en pensar en el verdadero bienestar del país. Cuando el presidente ya iba de salida, anunció la necesidad de "blindar a los miembros del estado" contra la clase de procesos que llevaron a Luis Alfonso Plazas Vega a la cárcel. Pero como se ven las cosas, parece que estaba era tratando de blindarse a si mismo y a sus amiguetes.
Me parece muy objetivo tu comentario, Uribe hizo cosas buenas, pero nolo hizo todo bien
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