En este blog pocas veces me veran hablando bien de Colombia y sus habitantes. Soy poco amigo de la adulación gratis y la lamboneria. Para notas rosas llenas de patriotismo superfluo estan disponibles los confidenciales de la revista Semana, la "Negra Candela" y las eternas secciones de farándula de los noticieros donde sacan pecho proque la hija de JM Santo Domingo es “la mujer mejor vestida del planeta”.
Las cosas se parecen a su dueño. Este blog es mío y yo siempre fuí hincha de Don Ramón. Y de los 7 enanitos de Blanca Nieves, para mi solo gruñón clasifica. Así que pueden hacerse una idea de que encontrarán por estos lados.
En 1794, luego de publicar los derechos del Hombre, Antonio Nariño fue apresado en Santa Fe de Bogotá y llevado a juicio. Créanlo o no, no pudo conseguir abogado. Era hombre acomodado, pero el Virrey le quitó todas sus pertenencias y el Precursor, su esposa Doña Magdalena Ortega y sus hijos terminaron dependiendo de la caridad pública. Desde el “abogado de pobres” Camilo Torres, sin duda el mas prestante jurista del reino, hasta los abogados de oficio se negaron a representarlo. Solo cuando el virreinato le adjudicó uno y amenazon con multar al abogado si no tomaba el caso, pudo el proceso judicial continuar. Finalmente, como todos sabemos, fue condenado y asi comenzo la primera de sus tres temporadas en la cárcel. Cuenta una historiadora que aparentemente hasta su esposa, Doña Magdalena Ortega, le hizo la judía al pobre "Toño". De los 6 hijos de la pareja, las ultimas 2 corresponden a la época en la cual Nariño se encontraba en la cárcel de Cartagena (no habían inventado aun la tal visita conyugal). Dicen las malas lenguas que las cuentas no cuadran, pero Don Antonio muy servilmente reconoció a las niñas como suyas. Rumores, sin embargo, sostienen que en realidad las niñas eran producto de un "affair" de Doña Magdalena con Don Jorge Tadeo Lozano, quien conocía al pobre "Toño" desde sus correrías por Europa y estaba "ayudando" a sacarlo de la cárcel.
De tal modo que la falta de solidaridad entre nosotros no es algo nuevo. Todos conocemos las historias de Colombianos enfermos o heridos muriendo en las aceras, en los terminales de Transmilenio o en las puertas de los hospitals mientras los transeuntes “no los ven”. Muchas veces recibí heridos en urgencias del Hospital de Caldas que contaban que un taxista no lo había querido socorrer porque “le ensuciaba el carro con sangre”.
Recientemente la Universidad Javeriana presentó un estudio que le puso cifras al asunto. 20 de cada 100 colombianos tenemos un nulo sentido de la cooperación, en Bogotá sólo 11 de cada 100 tienen alto nivel de solidaridad, y entre los jóvenes de 18 a 24 años, sólo 15 de cada 100 están dispuestos a cooperar. El 51,4 por ciento de los colombianos no ejerce ninguna participación social. Le quedan dudas? Ofrézcase a vender boletas para una rifa en beneficio de obra de caridad a ver cuántos de sus amigos le compran y cuántos se hacen los pendejos y nunca le pagan la boleta.
http://www.eltiempo.com/vidadehoy/gente/estudio-sobre-confianza-y-solidaridad-en-colombia_7843927-1
Hoy 130 pasajeros de un vuelo de Aires se dieron contra el mundo en San Andrés, el avión se les partió en tres pedazos y milagrosamente solo una murió. La comunidad se lanzó a auxiliar a los pasajeros. La masiva llegada de taxistas hasta el aeropuerto a socorrer a los socorristas (si, a los socorristas porque no daban abasto ante la magnitud de la tragedia) y a ayudar sacar y llevar heridos a los centros medicos fue crucial. Y los humildes residentes de las áreas alrededor del aeropuerto se desprendieron no solo de su descanso, sino hasta de las tablas de sus camas, donadas para inmovilizar a los heridos y poderlos transportar hasta los hospitales.
Bien por los isleños. Una lección para el resto de nosotros. Hasta le dan ganas a uno de preguntarse si los Sanandresanos no tendrán por ahi un gen Nicaragüense que los blinda contra la insolidaridad propia de Colombia continental, donde los primeros que hubiesen llegado al sitio del siniestro serian los saqueadores.
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